[color=red:3a18a43e6b Tenemos el circo de Gavarnie ante nosotros. La idea es que mañana por la mañana nos demos un pequeño madrugón, y caminemos hasta la base de la cascada… ¿Madrugar? ¿Caminar? Ummm… ¿conseguirán nuestros intrépidos héroes realizar semejante proeza? La respuesta, en la crónica de mañana…
¿Hasta la cascada? ¿Desde el mega-parking del pueblo? Hay bastante caminata. 😯
Yo creo que si, que lo vais a intentar, pero me veo la imagen de pasar todos por la puerta del Bar del lago y la mitad se va a quedar allí. XD
Piensa que hasta el lago creo que ya hay 1 hora sin parar, ¿no?
Espero ansioso la continuación.
PD: Yo me quedé en el BAR, jejeje XD
¿sabes lo que decía la muda?...
...mas, mas
Maes, en tu próxima Transpi, haz parada obligada en Gavarnie 😉 😉
Atorralbo, no me tires de la lengua! (l bar estaba cerrado a la hora que pasamos nosotrosXD XD ).
Pues son 3 horas de caminata ida y vuelta si no calculo mal, si vas a por feina, es decir, sin parar a desayunar y demás.
Me alegra muchisimo ver ese espiritu, el lugar lo merece.
Os aplaudo, :salud:
"Pentax" Maes, en tu próxima Transpi, haz parada obligada en Gavarnie 😉 😉
me lo apunto!! jeje
para quitarse el sombrero con el pedazo de cronicon XD XD XD y una pena muy grande lo de la cerveza XD XD XD
saludos
Bueno, yo estuve alli y Manel que tiene un gran talento para escribir lo cuenta y parece todo muy bonito pero en realidad... fue mejor todavia!! XD XD XD
Aqui nos tienes a todos a la espera de otra entrega!
Transpi´11, dia 4: CAMINANTE, HAY CAMINO, Y VAYA SI SE HACE AL ANDAR...
Nos hemos levantado a las 7 de la mañana, hoy es el dia de “la larga marcha” hasta la Gran Cascade de Gavarnie; a las 7:30 hacemos un recuento de expedicionarios: cinco de nosotros estamos animosos para afrontar el reto, Griffi y Tomás seguirán dándole a la motosierra en su habitación.
Tenemos un pequeño problema: durante el desayuno, nos comunican que el “check-out” de las habitaciones deberemos hacerlo, como muy tarde, a las 10:30. Teniendo en cuenta que hay 1:45 hasta el pie de la cascada, resulta imposible ir, volver y salir puntuales, así que tenemos una hora y cuarto para acercarnos todo lo posible, diez minutos de contemplación y fotos, y hora y cuarto de vuelta. Sincronizamos relojes, y empezamos a remontar el sendero.
Durante el día este camino será un constante ir y venir de gente, pero a estas horas, todo el esplendor del paisaje es sólo para nosotros: a quien madruga, Dios le ayuda.
Una hora y cuarto después, hemos conseguido llegar sustancialmente cerca de la cascada, que se muestra ante nosotros con una majestuosidad difícilmente igualable: estamos sin duda ante uno de los paisajes más increíbles del Pirineo. Ciervos y marmotas son los dueños del lugar, y le damos un buen meneo a las cámaras de fotos.
A regañadientes, damos la vuelta y volvemos al hotel; Griffi y Tomás ya están preparando las motos, y aprovechamos para chulearles un poco nuestra hazaña pedestre. El hotel tiene libro de visitas, así que cojo un boli y me dejo constancia del paso de los ybreros transpirenaicos por estas latitudes…
Cargamos los bártulos, pero antes de abandonar el Circo de Gavarnie, tenemos curiosidad en continuar remontando la carretera; sobre el mapa, la carretera muere en la misma frontera española, convirtiéndose en un pequeño sendero que sólo puede recorrerse a pie: al otro lado de Gavarnie está el parque nacional de Ordesa y Monte Perdido.
La carretera remonta montaña arriba, de nuevo volvemos al juego de entrar y salir de nubes cargadas de humedad y frío, y a hacer eslálom con rebaños de cabras… El final de la carretera es una barricada de rocas, en un entorno de Pirineo puro y duro. Ha valido la pena llegar hasta aquí arriba.
Desandamos esta carretera, la enésima “carretera al fin del mundo”, y ponemos rumbo a Viella; hoy tenemos la etapa más carismática de la Transpi, la que nos ha de llevar a coronar los míticos Tourmalet y Aspin… Desgraciadamente, el tiempo hoy está muy revuelto en la cara norte de los Pirineos, y la cima del Tourmalet está escondida dentro de unas nubes pero que muy negras, que nos limitan la visibilidad a 15 metros y nos dejan empapados: hoy es una etapa muy de chubasquero. Nos toca conformarnos con haber conquistado estas dos cumbres en unas condiciones meteorológicas duras, ya tenemos excusa para volver en otra ocasión: las vistas panorámicas bien merecen volver en un dia claro, como ya comprobamos en la Transpi´08.
Coronamos el Aspin, y bajamos cautelosamente hacia el valle, la lluvia continúa cayendo con persistencia. La carretera es estrecha y retorcida, pero el “efecto Tour” ha traído bajo el brazo un milagro en forma de nueva capa de asfalto.
Poco antes de llegar a Arreau, paramos en un restaurante… Son las dos de la tarde, demasiado tarde para comer en un restaurante remoto de Francia: la cocina ya está cerrada, pero los dueños del establecimiento nos preparan unos grandes bocadillos de jamón y queso que son recibidos con vítores. Hacemos la sobremesa todos juntos, mesoneros y moteros, mientras la tele emite lo que está mirando media Francia: la etapa de hoy del Tour.
En un momento dado, nos fijamos divertidos en que hoy ha habido una pequeña “conjunción astral”: cada uno de nosotros se ha puesto una camiseta ybrera diferente, resultando que, sin proponérnoslo, hemos reunido las seis camisetas de las seis concentraciones nacionales. Sirvan estas fotos para hacerle un pequeño homenaje a este club que nos acoge…
Seguimos camino adelante. Los Pirineos centrales nos dan una pequeña tregua, las carreteras son algo más humanas, pese a que poco antes de volver a entrar en España, el puerto del Portillón nos vuelve a menear de lo lindo. De esta manera, llegamos a Viella, fin de etapa.
Nos instalamos en el hotel, y salimos a vivir Viella la nuit, yo necesito pasar por una mercería, ya que un pequeño “accidente” en el equipaje me ha dejado sin ropa interior (un bote de Aután que ha decidido autovaciarse ha sido el responsable). Cenar en plan “comando” tiene su punto de gracia y liberación, aunque no he podido evitar autochequearme cada diez minutos el cierre de la cremallera del pantalón…
Mañana, tres países, que se dice rápido…
😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯 😯
😀 Está 😀 chulo 😀 lo 😀 de 😀 las 😀 seis 😀 camisetas 😀
Todo extraordinario.... PERO SON OVEJAS PENTAX. Jajajaja
Ovejas. ¿Sera el mal de altura? ¿o sera el enamoramiento? No sé, no sé.
No importa, se nota que lo habeis disfrutado muchísimo.
Saludos.
"JAROTE" Todo extraordinario.... PERO SON OVEJAS PENTAX. Jajajaja
XD XD XD XD XD XD que urbanitas somos algunos XD XD XD XD XD
lo dicho: "sin palabras" 😯 😯 😯 😯
y unas fotos muy bonitas XD XD XD
TRANSPI´11, dia 5-UN PARAPENTISTA HACIENDO DEDO, UN EXCESO CULINARIO Y OTRAS EXCENTRICIDADES
Peculiaridades de la etapa de hoy: la única en la que pisamos tres países (España, Andorra y Francia), llegamos a la cota máxima de altura (Envalira, 2.408 m), y comemos en un restaurante peculiar y encantador, rodeados de gente peculiar y encantadora. Vamos por partes…
Viella-Puigcerdà, el dia de hoy se presenta entretenido. Se acabaron las carreteras ratoneras de Francia, y con los ojos todavía legañosos empezamos a negociar el primer puerto del dia: la Bonaigua (2.072 m).
Durante la subida volvemos a encontrarnos obras en la carretera, hay un tramo de pavimento levantado y volvemos a sacar el ADN endurero… Las obras en esta carretera no son inhabituales, la Bonaigua recibe el castigo de la nieve cada invierno, quedándose muchos días cerrado al tráfico, y otros tantos con uso obligado de cadenas. Nosotros no veremos nieve, pero sí esas condenadas nubes grises a las que tanto les gusta engancharse a las cotas altas; de nuevo volvemos a la ropa calada, el suelo mojado y la visibilidad limitadísima. La cosa está tan rigurosa, que cuando coronamos la cima evitamos la típica parada fotográfica. Por suerte, cuando empezamos a bajar la otra vertiente salimos del nubarrón, pudiendo deleitarnos al sol de las magníficas vistas de la Bonaigua.
Más adelante, llegamos a Sort, donde hacemos la típica parada para comprar lotería en La Bruixa d´Or… también tienen libro de visitas, así que cojo el boli y… Club YBR was here!
Una vez hecha la inversión en nuestro futuro multimillonario (je je), empezamos a subir el segundo puerto: el Cantó (1.705 m). En sus primeras cuestas nos encontramos con un tipo haciendo dedo; en la mano lleva lo que parece una especie de orinal, que resulta ser un casco de parapentista. El hombre es extranjero, y en un inglés macarrónico (bueno, su nivel de inglés estaba bien, los macarrónicos éramos nosotros) nos dice que está haciendo parapente, y que tiene que subir montaña arriba para reunirse con su gente… Mi Varadero ya está ocupada al 100x100, pero Ricardo es todo un caballero, y nunca tiene un “no” para nadie.
Dejamos al parapentista unos kilómetros más arriba, y nosotros continuamos la ascensión, divirtiéndonos como enanos: la carretera es ancha, bien asfaltada y no muy transitada, así que dejamos un poco de lado el paisaje y nos centramos en las trazadas. En un visto y no visto, estamos en la frontera andorrana.
En Andorra la Vella nos esperan Luquet y Luqueta, matrimonio motero, hospitalario y extrovertido, os sonarán familiares si visitais el foro de los Kawaneros. El caso es que nos fuimos juntos a comer a un restaurante que, en apariencia, es cutre a rabiar, pero el secreto de su éxito no está en la decoración, sino en su cocina: los platos son tan excesivos, que es prácticamente imposible acabarte un menú dejando los platos vacíos. Luquet nos comentó que, si nos atrevíamos, pidiéramos el “chuletón especial de la casa”, un armatoste de 2 kilos: Luquet sólo conoce a dos personas en el mundo que se lo hayan podido acabar entero. Por supuesto, volveremos a este lugar… en ayunas y con sal de frutas. A nosotros no nos conocen a las malas.
Aquí nos despedimos de Tomás y Griffi, que aceptan la hospitalidad de los Luquets, y estirarán un par de días más en tierras andorranas. Teniendo en cuenta que ellos ya llevan media cornisa cantábrica recorrida, les perdonamos que no completen el ritual pirenaico; son una compañía magnífica, esperamos seguir compartiendo kilómetros de felicidad con ellos…
…No estaremos mucho tiempo solos: la pareja David & Nuri, otros trotamundos grandes amigos nuestros, quieren compartir con nosotros un trozo de Transpirenaica, y ya están camino de Puigcerdà.
Antes de salir de Andorra, hacemos un poco de “shopping” motero, y es que tanta boutique en tan pocos metros es una tentación difícil de evitar…
Salimos de Andorra por el norte, dirección Francia y… ¡adivina adivinanza, otra vez las malditas nubes grises en la cúspide! La diferencia es que estamos en la cota más alta de toda la Transpirenaica (Port d´Envalira, 2.408 metros), y aquí el frío es muy riguroso (6 grados), la visibilidad es de birria (15 metros, no exagero), y el agua es más que gotitas en suspensión, es agua de verdad, que cae con ganas y que nos cala hasta los huesos.
La frontera francesa la encontramos literalmente a tientas, y el paso por el Puymorens (1.920 metros) fue una penosa lucha contra los elementos, ya que a la fiesta de frío y agua se unieron unas fuertes rachas de viento; bajando al valle, una vez más salimos del nubarrón y de todo el furioso cóctel borrascoso que albergaba, y llegamos a Puigcerdà sin novedad. En el hotel saludamos a David, Nuri y su flamante V-Strom 1000. El taciturno dueño del hotel no parece tener el mejor de sus días, pero tiene el gran detalle de abrirnos el almacén de la despensa para tener las motos a cubierto. Sólo por eso, ya tiene publicidad gratuita en esta crónica: Hotel Puigcerdà, junto a la gasolinera Repsol.
El resto del dia lo invertimos en hacer un recorrido vespertino por Puigcerdà, y aunque no teníamos mucha hambre (aún estábamos digiriendo el exceso andorrano), nos fuimos a cenar a una taberna. Durante la animada tertulia, Joan nos comentó que en pocos días partía hacia los Alpes. A David se le quedó esta cara, la misma que se le queda a un niño cuando su amiguito le dice que se va con sus papás a Disneylandia.
Hay que añadir que David, al igual que Joan y yo, estuvimos en los Alpes el año pasado, y el disfrute fue tan increíble, que estamos deseando volver tan pronto como sea posible.
De esta manera, entre amigos, copas y tertulia, finiquitamos la última noche transpirenaica. Mañana veremos el Mediterráneo.
Uy, dentro de poco se acaba 🙁
Quien me diga otra vez que este verano está siendo caluroso. 😯
Nunca me ha llovido tanto en mi vida.
Y veo que a todo el mundo está pillandole igual.
PD: A este paso en la prepi vamos a tener que bajar de Berga con la canoa. XD