Bueno, pues empiezo con esto que pretende ser una mini-crónica de una ruta, de “La Ruta” seguramente de nuestras vidas moteras hasta ahora. Concretamente de los nueve “vanvaneros” que nos lanzamos al sur una mañana de Abril dirección Tarifa. Los más afortunados salieron el jueves montados en sus Suzuki VanVan de 125 cc.. Yo con otros dos compañeros monté a mi pequeña en una camioneta el viernes por la tarde para dormir en Sevilla. Los orígenes eran de lo más diverso, Donostia, Pamplona, Sevilla, Huesca, Zaragoza, Valencia, Cuenca, Madrid y Vitoria. Por suerte y gracias a la buena gente que habita en este gran club, nos acogieron en sus casas de Sevilla y Linares dos Compañeros con mayúsculas.
La cita era el puerto de Tarifa a las cinco de la tarde. Nos acompañaron al puerto más miembros andaluces del club y allí cruzamos el estrecho.
Ya en la frontera pagamos la novatada con los intermediarios y mediadores… una hora y media esperando nosesabequé hasta que por fin cruzamos. Ahí nos empezamos a dar cuenta de que en Marruecos todo va mas tranqui, “prisa mata”. Nos equivocamos de camino para salir de Tanger y en las tres primeras horas que estuvimos en Marruecos hicimos las tres cosas que NUNCA HAY QUE HACER EN MARRUECOS.
-Meterte con la moto en la medina de una gran ciudad (aquello parecía una persecución de Indiana Jones en busca del arca perdida, con sus callejuelas, puestos de fruta, gente “colocada” a punto de la pelea, chicas que se te echaban encima en cuanto parabas y nueve tipos perdidos con las motillos cargadas hasta las cartolas)
-Conducir de noche . Toda una aventura. Camiones que te dan ráfagas (y yo pensando que nos avisaban de controles de policía, y no, nos saludaban. Todos.) en plena Nacional 2 (un carril para cada sentido) rebaños de ovejas pasando por la carretera o con un pastor y su perro en el arcén para que no se metieran en ella, perros tumbados en el arcén, coches sin luces o que al adelantar se quedaban paralelos mirándote, chillándote nosequé o sacando fotos…
-Comer ensalada . Esto fue lo más light, porque nos la sirvieron en el hotel por la noche y al ser un sitio más turístico no tuvimos ningún problema. Pero a partir de aquí nada de ensaladas, hielo y por supuesto agua sin embotellar.
Dormimos de lujo en Tetuán. En general todas las noches, al menos yo, y eso que dormíamos con roncadores profesionales, pero llegábamos realmente matados a la cama. Creo que con la adrenalina del día, del ir en moto, en tensión muchas veces no notábamos el cansancio hasta que parábamos a la noche y, entonces sí, caíamos rendidos.
Al día siguiente dirección Chefchaouen, paramos allí a comer y ver un poco la ciudad antigua. Muy bonita pero nos quedamos con ganas de verla un poco más.
El paisaje que vamos dejando es muy parecido al andaluz, con más saturación de gente en los pueblos y una agricultura mucho más atrasada. Dormimos en Meknés tras dar una vuelta por su medina (de noche y a pié es más agradable, aunque haya que sortear a vendedores insistentes) y cenar cuscús en un riad (o casa típica marroquí).
Por aquí la gente ya va cambiando, su actitud ante nosotros no es tan abierta como en el norte, son más retraídos, salvo alguno que nos para para decirnos que el trabajó en la construcción en Valencia (y que si ya se había pasado la crisis en España, pregunta) pero con cualquiera que te pares a hablar te atiende, y si no puede, llama a alguien que pueda. Eso sí, con una educación envidiable.
Casi sin darnos cuenta, al ir al sur vamos ganando altura y empiezan a bajar los grados, los bosques empiezan a ser más importantes y esto empieza a parecerse al Pre-Pirineo.
Pasamos Azrou y sus bosques de cedros centenarios. Aquí ya empezamos a ver “los secarrales”, las llanuras inmensas a unos 1500 metros de altura y con las largas rectas llenas de camiones cisterna que llevan la gasolina al turístico Sur. Lo bueno es que al fondo se empiezan a ver los picos del Alto Atlas, y lo mejor es que no hay mucha nieve.
A partir de aquí se alternan las subidas con las llanuras, el paisaje es espectacular. Difícil de describir, la verdad, y la sensación de sentirte una mota de polvo entre esas moles de roca, inquietante.
Llegamos a lo alto del puerto repleto de tipos en las cunetas que ofrecen garrafas de gasolina o aceite. En cada curva hay uno, sentado en un mojón, apoyado en una señal, subido a un árbol… aquí es tan preciado el aceite de coche como la gasolina. Sólo hay que ver la edad media del parque automovilístico local.
Tuvimos nuestro primer encuentro con una niña marroquí. A mi me dio mucha pena, porque muchos de estos niños se dedican a esto, a apostarse cerca de las carreteras o los cruces y pedir a los turistas que pasan, en vez de estar en el colegio. Por eso aunque fuésemos con la firme intención de no dar limosnas, no somos de piedra. Muy triste.
Un vídeo de ese encuentro y un paseo con Alí por las dunas:
http://www.youtube.com/watch?v=XaI9m7rWvJc&list=UUkfP6_d_p7tPeQRPOF5j8gA&feature=share&index=2
Llegamos a Errachidia a dormir y un chico de la gasolinera nos consiguió un alojamiento estilo Kasbah bastante apañado. Nos dimos un buen remojón por la noche, la temperatura unos 25 grados.
Ya en pleno desierto pasamos Arfoud para meternos por una pista pedregosa por donde pasaba el Paris-Dakar. Deshinchamos los donuts de nuestras VanVan y a gozarla, de vez en cuando nos acompañan buggys o todoterrenos que hacen lo mismo que nosotros.
Poco a poco nos acercamos a las dunas del desierto de Erg Chebbi, cercano a la frontera con Argelia. Dejamos todos los bultos y las motos en el albergue de Alí el Cojo y nos lleva al atardecer con su todoterreno al centro de las dunas. Allí dormiremos en un bivac tras ver como atardece, cenar tagin y disfrutar de la música local alrededor de la hoguera. A la mañana siguiente madrugué para ver el amanecer entre las dunas, no fui el único. Y la verdad que mereció la pena.
Un vídeo de esta primera mitad del viaje:
http://www.youtube.com/watch?v=CnCLstzVBqw&list=UUkfP6_d_p7tPeQRPOF5j8gA&feature=share&index=1
Volvemos al albergue para desayunar (¡nos sacó una pata de jamón!) ducharnos y marchar dirección al Atlas, esta vez la garganta del rio Dades.
Pasamos los llamados “dedos de mono”, curiosas formaciones rocosas al otro lado del valle antes de adentrarnos en el desfiladero.
Las eses que hay para subir al mirador son míticas, curvas de 360 grados (:wink: ) vistas bastantes veces en revistas de motos y “lugares que no te debes perder en moto”, algo así como el Stelvio pero en pequeño jejeje.
Dormimos abajo para dirigirnos la mañana siguiente a su garganta paralela, la del Todra. Ésta es más espectacular, las paredes de roca son más altas, pero como le dije a los compañeros aragoneses “si el desierto de los Monegros es una birria comparado con éste, donde esté el cañón del Añisclo que se quiten el Todra y el Dades” y creo que me dieron la razón.
Aunque lo mejor estaba por llegar, seguramente la mejor parte del viaje, el mejor día en moto de todos. Pasado el Todra, seguimos su curso subiendo el Atlas, la carretera pasa de ser estrecha a no ser, a ser piedras movidas por una torrentera… y todo esto casi 200 kilómetros sin ver apenas un coche, un turista, y por un paisaje totalmente lunar. Parecía Marte. No hay puentes (para que?) asi que los ríos o riachuelos pasan por encima de la carretera señalizada con unos mojones a los lados.
Comemos en Agoudal, un típico pueblo de la zona con sus casas de adobe y sus niños rodeando a los “intrusos”. El dueño del restaurante donde nos paramos a comer los tuvo que poner firmes para que nos dejaran comer tranquilos.
A partir de aquí el paisaje comienza a reverdecer a medida que descendemos por el Col Bab n- Ouayad. Una carretera rota que bordea un precipicio de vértigo. Digna de la serie esa de “Carreteras del Infierno” por suerte no nos cruzamos con nadie.
Comenzamos a ver los campos labrados y las (pocas) zonas de bosque.
Dormimos en Kenifra en un Grand Hotel recomendado por el dueño del sitio donde comimos en Agoudal. Resultó ser una especie de albergue-residencia de estudiantes. Estamos en el Marruecos interior, el más auténtico, donde los turistas somos bichos raros. Y así nos veíamos, casi todo el rato observados por todos, los niños, que eran los únicos que se acercaban, contentísimos por subirse en nuestras pequeñas motos, las mujeres tapadas hasta los tobillos y los hombres altaneros tomando té.
Una cena en un puesto callejero de carne a la brasa acompañado de unas cervezas “de estrangis” (aquí fueron más difíciles de conseguir), una ducha templada tirando a fría y a dormir como un lirón en la diminuta cama (esa noche habría dormido en un pajar, si no hay más).
Volvemos hacia Meknés, esta vez bordeando la ciudad, por carreteras secundarias. En una de ellas había “roderas” como las que hay en los caminos de barro en la montaña, pero en asfalto. Peligrosísima. Otras tenían un asfalto de casi tres metros de ancho para los dos carriles y otros dos de tierra a cada lado del carril. Cuando te encontrabas a alguien de frente, alguno se tenía que pasar a la tierra. Por suerte los camioneros son bastante más amables que los españoles y se apartaban ellos. Entre los coches había de todo.
Paramos en Larache, en un hotel que tuvo su momento allá por los años 70.
Cenamos en un local donde servían alcohol. En la costa se puede conseguir más fácilmente y es curioso encontrarte en un local que aquí conoceríamos como “de kinito” donde la gente va a beber. Fue nuestra última cena en Marruecos y el lugar fue como todo el viaje, algo surrealista. Decorado típico del lugar con sus azulejos elaborados, cenefas y decoración tradicional, en las mesas de al lado moros bebiendo cervezas con chicas que claramente querían algo más… y al fondo un televisor con el partido Real Madrid Castilla – Eibar. Nos pusimos las botas de vino blanco y pescado.
El último día nos lo tomamos con más calma ya que nos sobraba tiempo y nos dedicamos a ver la ciudad antigua de Asilah, que nos gustó mucho, para después embarcar y dormir en Algeciras.
Un video de esta segunda parte del viaje:
http://www.youtube.com/watch?v=PUAhbsaH_Bw&feature=share&list=UUkfP6_d_p7tPeQRPOF5j8gA
En resumen, una vivencia en moto espectacular, que recomiendo totalmente hacer con calma, y que de todas formas, dado el tráfico que hay en este país, la calidad de las carreteras, y las cosas y paisajes que hay por ver a cada momento los 80-90 kms/h de velocidad de crucero de nuestra VanVan son más que suficiente para pasarlo en grande.
Solo una cosa...... BRUTAL!!!!!!
Envidia sana!!!!
Magnifica aventura y muy bien relatada. (Cuando lea esta crónica VALEN, ya no me deja tranquilo hasta que no realicemos ese viaje. Jajajajaja)
Saludos y enhorabuena.
Espectacular la crónica y para las fotos no hay adjetivos. Felicidades por el viaje y gracias por compartirlo con nosotros.
Enhorabuena por la crónica, las fotos, y por supuesto por un gran viaje lleno de sensaciones!
(Por cierto, en octubre bajamos nosotros, si hay alguien interesado, que se manifieste! 😉 )
Una gozada que provoca una gran envidia sana, gracias por compartir y por ese gran relato.........
Qué guapa la crónica y las fotos!!
Tienes fotos para ganar el concurso hasta el año que viene 😉
Vaya viajecito te has marcado. Yo también quiero :D. Felicidades por la crónica y las fotos.
Está contenta mi mujer. Tras leer la crónica reye todo el suelo de la casa con los dientes tan largos que me has puesto.
Muy buenas fotos
Juas...
Otro que esta rallando el suelo.
Espectaculares las fotos y vídeos.
Estas fotos tienen un toque muy Van Vito, se nota tu estilo.
La playa chica de Tarifa y Santa Catalina al fondo es espectacular.
¿Que tal la antonimia las VanVan entre el Todra y Aguodal?
¿Es todo pista pasando las gargantas?
¿Cuanto tardasteis en hacerlo?
Seguro que es donde mas disfrutasteis.
¿El Col Bab n- Ouayad es la carretera R317 entre Imichil y Tizi Nisli?
Joer si es esa, que rota está.
Perdón por tanta pregunta, pero se me ha hecho un poco corta la crónica, aunque lo breve si bueno.....y esta lo es.
La ultima: ¿porque carajo no avisáis de que pasáis por Tarifa, os hubiese amarrado las motos para que ahora no este comiéndome de la envidia?
Otra para Valen: ¿Nos vamos?
"Mikuni" Juas...
Otro que esta rallando el suelo.
Espectaculares las fotos y vídeos.
Estas fotos tienen un toque muy Van Vito, se nota tu estilo.
La playa chica de Tarifa y Santa Catalina al fondo es espectacular.
¿Que tal la antonimia las VanVan entre el Todra y Aguodal?
¿Es todo pista pasando las gargantas?
¿Cuanto tardasteis en hacerlo?
Seguro que es donde mas disfrutasteis.
¿El Col Bab n- Ouayad es la carretera R317 entre Imichil y Tizi Nisli?
Joer si es esa, que rota está.
Perdón por tanta pregunta, pero se me ha hecho un poco corta la crónica, aunque lo breve si bueno.....y esta lo es.
La ultima: ¿porque carajo no avisáis de que pasáis por Tarifa, os hubiese amarrado las motos para que ahora no este comiéndome de la envidia?
Otra para Valen: ¿Nos vamos?
Pues Valen, todo es ponerse. Tener tiempo y algo de dinero (salvo el alcohol todo es más barato que aqui). Casi todo lo que hicimos fué por carretera salvo la pista de Arfoud a Merzouga, unos 50 kilometros y porque quisimos y un poco por las dunas. Por lo demás con una YBR se puede ir perfectamente.
Mikuni entre el Dades y Agoudal hay pista y entre las dos gargantas también. Entre el Todra y Agoudal es "carretera" más o menos rota y a ratos buena. Lo que tardamos, no te sé decir pero algo más de dos horas entre el Todra y Agoudal. Y si, es el día que mejor lo pasé.
Y si, el Col Bab n- Ouayad es el que está pasando Imilchil por la R317.
La próxima vez te avisamos XD fuimos con dos compañeros que igual tu conoces de alguna quedada, Yosu y Abadía.
Si alguno tiene tiempo para más literatura, un compañero ha escrito en su blog crónicas de todos los días que pasamos en el reino Alauí:
Gracias VanVito por las respuestas.
Me pongo a leer la cronica del compañero. Cojo gusanitos.
Al Abadia si que tengo la suerte de conocerlo, el Yosu se me resiste, no coincidemos de momento.
Saludos.
Jajajaja, pues si Mikuni, yo fui uno de los afortunados en acompañar a la expedicion Van Van desde el cruce de las cabezas hasta Tarifa, junto a Yosu, y cierto que fue un error no haberte llamado ( lo siento compañero ), muuuuucha envidia que me dieron cuando les dejamos para empezar a embarcar. Para otro año si se puede la haré, esta ruta se va a convertir en un clasico anual para las VanVan.