27/03/10- Desde el Hotel Octavio (Algeciras)
Hemos amanecido en Meknès, con el objetivo de cubrir el trayecto hasta el puerto de Tánger en el menor tiempo posible, así que moteramente hablando, el trayecto ha sido autopísticamente aburrido.
La entrada a Tánger nos devolvió a la realidad y al estrés de las grandes urbes marroquíes, así que volvimos a utilizar la técnica de compactar el grupo y tirar a saco por las calles tangerinas; aquí fue donde vivimos, por primera y única vez en todo el viaje, una caída de uno de los miembros del grupo, afortunadamente sin consecuencias físicas o mecánicas. Yo circulaba inmediatamente detrás del compañero, y la verdad es que levantamos la moto tan rápido, que mucha gente en el grupo ni se dio cuenta de este incidente…
La aduana de Tánger ha vuelto a ser un pequeño caos de colas y presentación a las autoridades de documentos de todos los colores, aunque en general los trámites han sido más ágiles que en la surrealista frontera de Ceuta.
Una vez dentro de la zona franca portuaria, nos tocó esperar pacientemente a nuestro ferry, que llegó con una demora de tres horas. Aprovechando el parón forzoso, finiquitamos completamente las provisiones de víveres, agua y licores que aún nos quedaban. Y tampoco nos faltó el té, que nos servía un voluntarioso camarero que se pateó unos cuantos centenares de metros, bandeja en ristre, para traernos aromáticos vasos con té de menta. Esto es Marruecos.
Finalmente atraca junto a nosotros el fast-ferry que debía llevarnos a Algeciras. Le dedicamos un sarcástico aplauso de bienvenida, y por fin embarcamos.
Aunque entre las numerosas actividades de este viaje no se contemplaba un amotinamiento en alta mar, la verdad es que armamos un buen follón a bordo: nos dejaron las motos sin atar en la bodega del barco, con el riesgo de que se cayeran todas como bolos. Exigimos la presencia tanto del contramaestre como de la jefa de cabina. Al final, presentación masiva de hojas de reclamaciones y sudor frío e inquieto durante la travesía de un estrecho que, afortunadamente, presentaba aguas tranquilas. Al final, todo quedó en una anécdota, la enésima de este viaje.
…Y así fue como regresamos a la península. Llegó la hora de los adioses con los compañeros, con los que intercambiamos correos y deseos de buena suerte. Me siento afortunado con la compañía que he tenido, grandes moteros que han contribuído a hacer aún más grandes las experiencias de este viaje. Finalmente arranco, y con los ojos húmedos pongo proa al hotel Octavio, donde finalmente caigo exhausto en la cama, y hago una ronda informativa de llamadas a la familia y los amigos. Por primera vez en siete días, enciendo una TV para ver las noticias (no tengo ni idea de lo que ha pasado últimamente en el país… y tampoco me interesa mucho saberlo, la verdad); me lavo los dientes sin preocuparme por no tragar el agua del grifo, y bajo a cenar una sencilla pero españolísima cena –ensalada y pechugas de pollo-, esto de estar tantos días sin comer “lo conocido” sí que lo echaba de menos.
Algeciras y Manresa distan entre sí 1.100 kilómetros, pero la magia se ha empezado a desvanecer con los abrazos de despedida en el puerto de Algeciras; ahora toca la nostalgia, la reflexión sobre todo lo vivido, y lo más duro, aprender de nuevo a vivir la rutina del dia a dia.
La próxima crónica será la última de este viaje, y espero no olvidarme de nadie en la ronda de agradecimientos… ni siquiera de ti, amable lector.
Rafa, he cogido una de tus fotos para ilustrar esta crónica... gracias, pisha!
Saludos y hasta pronto!
KILÓMETROS DE LA JORNADA: 283
jo manel que pena.. de verdad que nos dejas pasmaos de esta vivencia..
espero no olvidarme de nadie en la ronda de agradecimientos… ni siquiera de ti, amable lector.
Agradecerte siempre a ti la maravillosa forma de expresarnos el viaje y llevarnos ahi contigo, aun cuando te mordio la serpiente lo sufrimos casi todos... menos mal que aun no has notado cambios en tu fisonomia y esperemos que esa perilla-barba sea solo un affair y no la trasformacion que tememos a Jhon Cobra..
Gracias por el buen relato y enhorabuena por la vivencia...
Vss
Sin duda ha sido una experiencia única. Gracias por la estupenda crónica y esas fotografías.
La pregunta que me viene a la cabeza es: Y después de esto, ¿qué será lo próximo? 🙂
Ciertamente, me haría pesado agradeciendo vuestro interés y vuestros piropos... pero una vez más, gracias! 😉
Noisestorm, dejando de lado La Quinta, nos vamos a Cerdeña en junio, y se está empezando a cocinar algo que huele a Alpes para el mes de julio... Creo que de todo eso sacaré más "munición literaria" para seguir inspirando a mi musa...
Saludos, ya sólo falta un capítulo!
Como siempre genial y entrañable aunque la moto se vea más guarrina
😀 😀 😀 😀 😀
Salu2....
28/03/10 – Desde el Hotel Ibis (Valencia)
El aliciente del dia de hoy no hay que buscarlo en la moto, sino una vez nos hemos bajado de ella: nuestros amigos de Valencia nos han recibido con todo el cariño del mundo, y nosotros estábamos impacientes por empezar a martirizarles con “batallitas” africanas…
La etapa ha sido un puro enlace de casi 800 kilómetros, hechos en buena parte por autopista. Yo amanecí en Algeciras, y en Málaga me uní a Lluis y Carmen, y también durante un rato con Pedro y Olga, una simpática y veterana pareja de trotamundos mallorquines que también formaban parte de la comitiva motera marroquí.
Antes de llegar a Valencia, nos desviamos hacia Gorga para saludar a Goliardo, Mª Ángeles y familia, que nos abrieron de par en par las puertas de su casa para darnos la bienvenida.
Tras atiborrarnos de dulces y refrescos, toda la comitiva pusimos rumbo a Valencia ciudad.
Descargamos los trastos en el Ibis, y nos fuimos a cenar con la peña valenciana… y uno más, ya que nuestro amigo Jofus cogió su moto y se vino hasta Valencia, sólo para cenar y volverse mañana con nosotros a Barcelona ¡Vaya campanada! Y menuda alegría para los que tenemos el privilegio de disfrutar de su compañía… El lugar elegido para cenar fue un wok de esos de buffet libre que ahora están tan de moda, compartiendo mesa con un Dream Team de lujo: Samaruca, Peter, Ricardo, Lluis, Carmen, Miquel, Goliardo, Mª Ángeles, el que os escribe… y Jofus, por supuesto.
…Y a dormir, que mañana toca el estirón final.
KILÓMETROS DE LA JORNADA: 797
29/03/2010 – En casa.
El último tramo lo hemos cubierto sin novedad, es la engorrosa autopista que tan bien nos conocemos, con parada casi obligada para saludar a la gente del Hostal Montecarlo de Alcanar, auténtico “local social” encubierto del Club YBR.
En Vilafranca me despido finalmente de Lluis y Mari Carmen, somos conscientes de que se ha creado una conexión especial entre nosotros, ya que ellos tambien han tenido su experiencia épica, una auténtica heroicidad: un viaje a Marruecos a bordo de una YBR 250 (os recuerdo que con dos pasajeros y su correspondiente equipaje), y encima formando parte de un grupo que les obligaba a llevar la moto a tope durante buena parte del viaje. Han sido mucho más que unos buenos compañeros de ruta, ahora ya son unos amigos con los que espero compartir muchísimos kilómetros más de felicidad…
A Jofus no le dije “Hasta la próxima”, porque él ya sabe que, muy pronto, compartiremos otro viaje a un destino mítico…
Durante los últimos kilómetros del viaje, descubro sorprendido que pese a todo el kilometraje acumulado, me veo en condiciones de continuar carretera adelante hasta el final del mundo si hiciera falta… Y por supuesto, volvería a empezar de nuevo este viaje, porque como ya he dicho en otros capítulos, esto ha ido mucho más allá de la palabra “viaje”, ha sido una experiencia vital que nos ha llenado de vida, y nos ha demostrado que más allá de nuestro rutinario día a día hay un montón de experiencias que merecen ser vividas… y la vida son cuatro dias.
KILÓMETROS DE LA JORNADA: 397
TOTAL KILÓMETROS: 4.698
EPÍLOGO – Varios días después…
Estoy de nuevo sumergido en la cotidianidad de cada dia. Me ha costado un par o tres de días volver a situarme en “mi mundo”, pero la rutina empieza a hacer estragos: poco a poco, los recuerdos van saliendo del escaparate principal, y se empiezan a acumular en la trastienda, donde irremediablemente comenzarán a acumular polvo.
Sin embargo, hoy ha pasado algo: al abrir el buzón de casa, me encuentro con una carta que llevaba varios dias esperando: Rafael y Tere me habían enviado sus fotos de Marruecos. Viéndolas, vuelvo a rememorarlo todo, vuelven las buenas vibraciones… Por un rato, volvemos a sobrevolar el Medio Atlas, subimos a la duna del Erg Chebbi, me pierdo en la plaza de Jamaa el-Fna…
Bueno, pues ya está explicado todo… Ahora me tocan los agradecimientos, quizá no quieras leerlos todos, pero te aviso que tú también estás en esta lista: a todos mis compañeros de ruta (muchos de ellos seguidores de este blog, que ya leo vuestros mails, aunque no me dé tiempo a responderlos), a Dani de Motostock por sus consejos y por cuidar de Eloise como si fuera suya, a los amigos del Club YBR, a Antonio, mi ángel de la guarda malagueño, a Asisa, la intérprete marroquí que se convirtió en mi otro ángel de la guarda, a Goliardo y Mª Ángeles -vuestra bondad me desborda-, al sargento David por cuidarme de Mishi… y por estar ahí siempre que lo he necesitado, fueran las 4 de la tarde o las 3 de la mañana, a Ángela y al Gran Ricardo por cederme un montón de material escolar, ojalá hubierais estado allí para ver aquella cara de ilusión de los chavales, a Rafael y a Tere, y a Lluis y a Mari Carmen (ojalá algún dia podamos volver a cabalgar juntos los “cinco mosqueteros”), y también a mi sufrida madre, que pese a que se alegra mucho por mi experiencia, preferiría que disfrutara con cosas más normales “que irte tan lejos con la moto”.
Y por supuesto, gracias a todos los que habéis ido siguiendo estas crónicas, y me habéis dado alas para no dejar escribir dedicándome halagos con un cariño que me llena, me supera y me hace sentirme orgulloso de formar parte de vuestro círculo.
Yo tenía un sueño… y un día me desperté. Esta es la historia.
Hasta siempre, nos vemos en ruta!
muy bueno Pentax, me ha encantado tu viaje.
espero algun dia poder hacerlo, es algo que tengo en mente con mi gesita 😀
😀 😀 me encuentro como en el cine, acaba la película, me levanto y aplaudo-bravo
:salud: Un diez Manel! Vaya cronica, era casi como estar alli! Empiezo a arrepentirme de no haber ido... 😥
