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MARRUECOS 2010: Diario de ruta

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noisestorm
(@noisestorm)
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Qué te voy a decir?

Da gusto leer esta crónica y ver las fotografías.
Impresionante, si señor!

 
Respondido : 06/04/2010 11:36 pm
(@Pentax)
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24/03/10 – Desde la kasbah de Alí el Cojo (Erg Chebbi, Merzouga)

Hoy abandonamos Boumalne Dades, y seguimos adentrándonos aún más en territorio inhóspito, buscando las dunas del Erg Chebbi.



Primera parada, las Gorges du Todra, otro impresionante capricho de la naturaleza que te deja boquiabierto: dos inmensas paredes verticales, separadas entre sí por pocas decenas de metros, con una pista hormigonada que recorre el fondo del valle, siguiendo el curso de un pequeño riachuelo. Sitios como este deberían visitarse como mínimo una vez en la vida.



En Todra he empezado a repartir el material escolar que llevaba conmigo: las gorras y las minimochilas han volado como por arte de magia. Además, uno de los chavales se ha llevado un premio extraordinario, una pequeña vuelta a lomos de la Varadero.

Continuamos ruta, la carretera esconde baches y badenes bastante traidores, aún así circulamos a cruceros elevados. Lluis y Carmen como siempre a tope con la YBR, pero aguantando como campeones.

Poco antes de llegar a Erfoud nos sorprende una molesta tormenta de arena, que ya no nos abandonó hasta llegar al destino. La arena del desierto culebrea en el asfalto por efecto del viento, a veces nos encontramos lenguas arenosas que provocan nerviosos culebreos en las motos. Es obligado llevar los cascos bien cerrados y la ropa gore-tex abrochada hasta el último botón, justo lo que más apetece hacer mientras atraviesas el Sáhara…

De vez en cuando nos toca atravesar pequeños pueblos, lugares donde la vida social se hace sobre todo en los márgenes de la carretera, que hace las funciones de calle mayor. Sorprende ver tantos chavales en pueblos tan pequeños, yendo o viniendo de la escuela, lo cual nos deja dos datos esenciales del Marruecos de hoy: la alta natalidad y la buena escolarización.

Hacemos un alto en Erfoud para comer en la lujosa Kasbah de Jordi Mercader, un catalán que se deshizo de todo su patrimonio para empezar una nueva vida en el Sáhara, y donde los más desvergonzados incluso se dieron un chapuzón en la piscina, haciendo un improvisado pase de ropa interior. Yo, más recatado, me limité a poner los pies en remojo y a tomarme una cerveza bien fresca: ya he dado bastante la nota entre coreografías bereberes y mordeduras de serpientes.

En Erfoud, la organización nos plantea dos alternativas: o bien llegar en moto hasta la kasbah de Alí (haciendo unos kilómetros de pista dakariana), o bien dejar las motos allí mismo, y subirse a bordo de un gigantesco camión todoterreno, adaptado para llevar pasaje. La mayoría optó por la opción del camión, pero la cuadrilla de traileros decidimos que qué diablos, si hemos llegado hasta aquí, pues se llega hasta el final. Bueno, también se coló un valiente a bordo de una Fazer, que llegó de puntillas, pero entero.

El tramo de pista ha sido una auténtica gozada, en principio lo hemos atacado tomando las lógicas precauciones, y finalmente hemos dado gas de lo lindo, buscando cada uno la trazada que más nos gustaba; finalmente llegamos a la kasbah completamente desmelenados, acelerados y con la adrenalina a tope. La Varadero me descubrió que tampoco es tan enemiga del campo como algunos mantienen.

Alí el Cojo es un tipo singular, toda una institución en aquella parte del mundo: es una enciclopedia ambulante del Dakar, y amigo personal de muchos pilotos míticos. El hecho de desplazarse en muletas no le incapacita en absoluto para brincar, subir dunas o hacer lo que haga falta. Un crack.

Durante la cena, hemos seguido violando flagrantemente las leyes islámicas: el maletero del 4x4 parece no tener fondo, y de él han ido saliendo lotes de jamón serrano, cerveza, whisky y otras bebidas espirituosas, en lo que se me antojó una eterna barra libre.

Deberíamos haber pasado la noche en una haima entre las dunas del Erg Chebbi, pero la condenada tormenta de arena envió al traste los planes. Ojalá mañana mejore el tiempo, ya que nos espera un madrugón de órdago para ver amanecer desde la duna más alta del Erg. Ya os contaré qué tal ha ido.

Por cierto, muchas gracias por adelantado a Olga, he cogido algunas fotos suyas para ilustrar esta crónica.

Saludos y hasta pronto!

KILÓMETROS DE LA JORNADA: 298

 
Respondido : 07/04/2010 5:51 pm
(@Jbymol)
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Muy chula la aventura de hoy..

Esto es como un culebrón, a ver que se cuenta mañana.jajaja

Saludos

 
Respondido : 07/04/2010 10:12 pm
 maes
(@maes)
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Esto va mejorando por momentos.

Por cierto, te queda bien el +turbante ese a juego con la moto XD XD XD XD XD

 
Respondido : 07/04/2010 10:24 pm
(@Pentax)
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Maes, antes muerto que sencillo jajajaaa XD XD

Gracias por vuestro apoyo, me da alas para seguir escribiendo... hasta la próxima entrega!

 
Respondido : 07/04/2010 11:46 pm
 Nboa
(@Nboa)
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unas fotos muy chulas las de las Gorges du Todra y las del desierto

 
Respondido : 08/04/2010 8:57 pm
ines
 ines
(@ines)
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he dejado d ver la novela dl mediodia para seguir con ansias este relato.un saludo grande desde las islas afortunadas

 
Respondido : 08/04/2010 9:41 pm
getamoto
(@getamoto)
Respuestas: 170
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No estoy perdiendo ripio¡¡¡ qué buenos ratos¡¡¡
v´sss

 
Respondido : 09/04/2010 12:40 am
(@Pentax)
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Qué público, señoresss!! No me lo merezco, muchas gracias :chao: :chao:

 
Respondido : 09/04/2010 2:03 am
(@Pentax)
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25/03/10 – Desde la Kasbah de Alí el Cojo (Erg Chebbi-Merzouga)

Sólo por hoy, hemos cambiado las motos por camellos y todoterrenos. Nos hemos levantado a las 5 de la mañana, y ayudados por linternas que algunos de nosotros llevábamos, hemos salido al exterior de la Kasbah, donde unos bereberes ya están esperándonos con sus camellos.

Nos subimos a ellos y nos adentramos en el Erg, hasta llegar a una de las dunas más altas del lugar… Desgraciadamente, el día amanece espeso y nos perdemos uno de los momentos que prometían ser más excepcionales y místicos de este viaje.



Tras el desayuno, nos repartimos entre el mastodóntico camión todoterreno de Alí, y un par de Land Rovers, y sin más dilación empezamos a recorrer todo el perímetro del Erg Chebbi.

Visitamos poblados nómadas de bereberes, yacimientos de fósiles e incluso nos acercamos hasta el límite de la frontera con Argelia; pocos meses atrás se produjeron en la zona unos tiroteos fruto de las tensiones tribales, así que mantuvimos una distancia prudente para no poner nerviosos a los militares que montaban guardia en las atalayas.

En ruta tenemos un pequeño inconveniente: la transmisión del camión se rompe… Alí, que nos acompaña, no pierde la calma: saca su teléfono móvil, y en quince minutos salen de la nada un pequeño ejército de Land Rovers con los que continuamos ruta.

Buena parte de nuestro recorrido sigue al milímetro una de las etapas del rallye Dakar, con grandes extensiones pedregosas en las que la única referencia de rumbo hay que buscarla en algún punto del horizonte; los conductores más osados circulan en paralelo, dándole gas a los vehículos, e incluso trepando por alguna duna. Nos sentimos como los copilotos de Peterhansel, Roma y compañía…

Nuestro 4x4 de apoyo tuvo algún que otro "problemilla" en una de las dunas, pero entre Sergio, una eslinga y un Land Cruiser conducido por un berebere algo pasado de vueltas, lograron solventar el problema en menos de 5 minutos...

De vuelta a la Kasbah estamos llenos de arena, sudor y polvo por todas partes. Estamos muy contentos por la experiencia, pero el cansancio hace mella en muchos de nosotros. Y para colmo, vuelve a soplar con fuerza el viento del desierto. La tarde la dedicamos a recuperar sueño atrasado, excepto cuatro locos que salieron a navegar con las trails sobre la arena sahariana, pese a la que estaba cayendo. Hubo algún que otro revolcón, pero todos volvieron escupiendo arena y felices como chavales con zapatos nuevos.

En el ocaso del día amaina el viento, así que nos acercamos a la vecina Merzouga, donde reparto más material escolar entre la muchachada.

La noche la vivo de manera agridulce, empiezo a ver el final de esta experiencia, y por vez primera experimento unos momentos de rabia por no poder detener el reloj y vivir todo esto de manera más intensa, con dias de 40 horas... Desgraciadamente, el tiempo no se detiene y se nos escapa entre los dedos como arena del desierto.

Intento fijar la sensación de sentirme en el desierto, ya que mañana lo abandonamos. El horario es el horario, y debemos cubrir la etapa reina del viaje: 500 kilómetros, atravesando de nuevo el Atlas a la brava, por varios puertos de montaña.

Saludos y hasta pronto!

 
Respondido : 09/04/2010 7:41 pm
salva
(@salva)
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Prominent Member
 

Como todo lo bueno, esto se va acabando....Pero "que te kiten lo bailao", como bien dijiste es una aventura fascinante...Sin duda cierto, por lo que redactáis tanto tu como Lluis....

Salu2....

 
Respondido : 09/04/2010 11:07 pm
YBERO
(@ybero)
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Sentirte como los copilotos de Peterhansel, Roma y compañía…es poco , después de ver la foto del conductor del 4x4 te hubiera entendido si te hubieras sentido el copiloto de la muerte, al tío le falta la guadaña.Menudo look que me gasta el pollo. Te sale tras una duna sin avisar y se te para el corazón... 😀

 
Respondido : 09/04/2010 11:15 pm
(@Pentax)
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26/03/10 – Desde una suite del hotel Zaki (Meknès)



Hoy hemos experimentado una especie de teletransporte de un mundo paralelo a otro: hemos amanecido en la kasbah de Alí el cojo (paredes de adobe, suelo rústico, agua corriente sin presión, electricidad de intensidad fluctuante), y hemos anochecido en una suite del Zaki Hotel (40 metros cuadrados, parket, mármol, terraza privada). Este vuelco de contrastes no se ha limitado al alojamiento, ya que en 500 kilómetros hemos pasado de la arena y el sol sahariano al Marruecos más verde que te puedas imaginar, y todo ello en una de las jornadas más preciosas que he tenido ocasión de vivir sobre una moto.



Hoy abandonamos Merzouga, y remontamos hacia el norte del país atravesando de nuevo el Atlas, siempre por serpenteantes carreteras de doble sentido y tráfico escaso, con final de etapa en Meknès. Atravesamos Er-Rachidia, una ciudad ordenada y limpia, como la mayoría de las que nos encontramos en esta parte del país, y poco después volvemos a introducirnos en el impresionante paisaje del Alto Atlas, despoblado, árido y montañoso. Si ya rodábamos boquiabiertos por el entorno, el colmo lo encontramos en las Gargantas de Ziz, otra maravilla más que se añade a la colección de estímulos visuales de este viaje (aunque ya hace días que definir esto como un “viaje” es quedarse corto).


La carretera tiene un trazado divertidísimo, vamos constantemente tumbando a izquierda y derecha, encadenamos hasta tres puertos de montaña sin pausa ni descanso. Bajando uno de ellos, me encuentro en el márgen de una curva con una familia de bereberes nómadas y su pequeño ejército de chiquillos, que estaban saludando a la comitiva motera; sin pensarlo ni un instante, tiro de frenos y me voy a la grava del arcén (Eloise patina de mala manera y amaga con cruzar la rueda delantera, pero después del desmelene en el Erg Chebbi, casi ni se me acelera el pulso). Toda la troupe berebere rodea la moto, y yo les acabo de repartir el material escolar que llevaba encima. Curiosamente, lo que más ilusión le hizo a las mujeres fue la toalla en la que iba envuelto el material, y que por supuesto también se quedaron…

Surcamos la meseta del Atlas medio, estamos a unos 2.000 metros sobre el nivel del mar y el tono marrón del paisaje desaparece definitivamente para dar paso a un verde exuberante, insólito para mí en pleno continente africano. La temperatura cae en picado varios grados, definitivamente le decimos bye bye al Sáhara.


Por fin llegamos a Meknès, recuperando el viejo ritual de entrada a las grandes urbes (poco caso al código de circulación, tapar huecos, marchas cortas y muchos reflejos), hasta llegar a la puerta del lujoso y algo desconcertante hotel Zaki –Neones en su fachada, interior de alto standing-.

Con las últimas luces de la tarde hacemos una apresurada visita al centro de Meknès (¡nuevo récord de ocupación de un taxi! 7 personas).

Mientras escribo estas líneas siento que este sueño está a punto de finalizar, mañana volvemos a la península. Es inevitable que esto debe terminarse tarde o temprano, pero los días han pasado volando, las experiencias únicas han sido el pan de cada día, y si de mí dependiera, volvería a empezar de nuevo sin dudarlo… y ya que estoy, llegaría a Argelia, y Egipto, la India, el Nepal… y así hasta dar la vuelta al mundo. Estoy pletórico, he podido asomar la puntita de la nariz a otra civilización, y he descubierto que esto engancha, es fascinante.

Saludos!

KILÓMETROS DE LA JORNADA: 490

 
Respondido : 12/04/2010 7:05 pm
(@Lluisman)
Respuestas: 193
Estimable Member
 

Buena crónica como siempre, Manel...

El hotel Zaki sera de lujo, pero tiene una pinta puticlub que no se aguanta....Vamos, que si alguna vez pasara por delante no se me ocurriria parar a dormir con la familia...

saludos

Lluis

 
Respondido : 13/04/2010 1:46 pm
PJConde
(@pjconde)
Respuestas: 1356
Noble Member
 

Manel eres la caña. Seguid disfrutando mucho.

Vssssssss

 
Respondido : 13/04/2010 5:06 pm
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