On the road again! En esta ocasión, el viaje nos llevará a hacer un bucle de este a oeste de la península, pasando por encima de Madrid a la ida, y por debajo a la vuelta, siendo los extremos de la parábola Fraga (Huesca) y Aldeanueva del Camino, un pueblo del norte de Cáceres que se encuentra en plena ruta de la Plata. La “gracia” de todo este asunto es que tanto la ida como la vuelta debíamos hacerla en un dia.
Los “compinches” de viaje son David (desde que volvió de los Alpes no para de pedir más kilómetros en moto), Ricardo “el follonero de Valencia”, y el que os escribe. La noche anterior a la partida, montamos una cena con la asistencia de Joan Jofus, que con todo el dolor del mundo se perdía este viaje por asuntos laborales…
3 de agosto
¡Comienza el bucle! El dia amanece sorpresivamente fresco, y ponemos rumbo a la primera parada: el Moncayo soriano. A partir de Zaragoza, el cierzo nos castiga con dureza y no dejará de incordiarnos hasta bien entrados en tierras sorianas.
Primer chasco en el Moncayo: no podemos visitar el Monasterio de Veruela, ya que cierra precisamente los martes. Nos retratamos ante su fachada, y empezamos a trepar monte arriba, en dirección al santuario de Nuestra Señora del Moncayo, situado a 1.620 metros de altura.
En la parte baja rodamos por una cómoda pista asfaltada, rodeados de jaras, marojos y zarzamoras, pero conforme ganamos altura se nos acaba el asfalto; a los traileros nos hacen chispitas los ojos, pero David se ve abocado a iniciarse en la conducción off con la Bandit, pasando el trámite con buena nota…
A falta de un kilómetro para el santuario, la pista se pone realmente complicada, así que David aparca a “Nunu” y se sube a la Varadero, mientras que Ricardo continúa perfeccionando su técnica off-road, llegando todos al santuario sin más novedad.
Nos despedimos de Soria haciendo una parada en la imponente villa del Burgo de Osma, y entramos en Segovia parando en Ayllon, peculiar pueblo construído en piedra roja.
En Segovia, únicamente nos paramos en los alrededores del acueducto: como nos falta tiempo, únicamente podemos hacer un pequeño “menú-degustación” de todo lo que nos ofrecen los lugares por los que pasamos. Pero tomamos buena nota de todo, y si nos apetece repetir visita pausadamente, siempre podemos volver en otra ocasión…
En Ávila contemplamos el espectáculo de sus murallas iluminadas por la última luz de la tarde, que les da un aspecto fotogénico inmejorable.
A partir de aquí se nos hace de noche, y hacemos los últimos 200 kilómetros con un espectacular techo de estrellas… En Aldeanueva, mi familia ya estaba movilizada para que no nos faltara de nada a nuestra llegada, y tras una cena excesiva (todas las comidas de mi madre son excesivas), descargamos los bártulos en una de las casas de mi abuela, reconvertida en nuestro “cuartel general” los próximos tres dias.
Hasta mañana!
Me encantan las crónicas de las rutas. Hacéis que de alguna manera participemos en ellas. Pues eso, a descansar que mañana será otro día pero el de hoy no os los quita nadie.
Ya decía yo que no podrías estar mucho tiempo sin liarte en otra de tus aventuras.
Muy buena crónica, campeón.
Gracias, Manuel y Noise! Sois mi público constante, y me alegro un montón que paséis un rato entretenido leyendo estas paridas que nos van pasando... Ahí va la "dosis" de hoy:
4 de agosto
Aldeanueva del Camino forma parte de mi vida: ha sido lugar inevitable de veraneo durante todos los años de mi infancia, adolescencia y primera juventud. Aquí he hecho millones de kilómetros en bicicleta, cometí algunas trastadas, ordeñé vacas y subí decenas de veces a la estación para ver pasar el tren de las 10, todo ello acompañado de otros hijos de veraneantes con los que formábamos una “alianza eterna” que duraba lo mismo que duraba el verano…
En fin, que para mí Aldeanueva es algo así como el pasillo de mi casa, pero para Ricardo y David todo era novedad, y de hecho este lugar no deja de ser un encantador pueblo típico de la sierra norte de Extremadura, lleno de matices que lo diferencian de nuestra tierra: el sabor del pan, el olor del aire, el carácter llano de la gente… y el precio de un desayuno: nos hartamos de churros con chocolate para tres por “sólo” tres euros.
Tras el palizón de moto de ayer, hoy planificamos el dia con calma y mucho “dolce far niente”, así que nos limitamos a hacer algunas excursiones por los alrededores, guardando las horas de más calor para darnos un chapuzón en una de las numerosas balsas que hay por los alrededores (este año ha caído mucha agua, y todas tienen un aspecto inmejorable). Primeramente nos hemos acercado a Hervás, para recorrer sus calles, su judería –una de las mejor conservadas de España-, y su centro de interpretación del Ferrocarril. Esto último fue un ruego mío, ya que tengo chaladura por los antiguos trazados ferroviarios, y nunca perdonaré a RENFE que en 1984 cerrara la línea de tren que pasaba por aquí.
Más tarde, subimos al puerto de Honduras para tener una buena perspectiva de todo lo que es el Valle del Ambroz.
A la vuelta, un mosquito maldito se metió en el ojo de Ricardo; David, que demostró una sorprendente maña para la oftalmología, intentó sacar el bicho utilizando instrumental de “última tecnología” (un trozo de papel), pero estaba alojado en un lugar inaccesible. Todo quedó solucionado con una visita al dispensario y una buena irrigación de suero en el ojo.
Por la tarde, visita al pueblo abandonado de Granadilla, casi sitiado por el embalse de Gabriel y Galán, y en reconstrucción por diferentes escuelas-taller.
El pueblo está fortificado, y lleno de huecos y recovecos por recorrer… algunos de ellos ciertamente peligrosos, como por ejemplo la bajada de la muralla: el día que alguien aterrice de dientes, supongo que se acabará el campar tan a nuestras anchas por el recinto…
De camino al pueblo, sorprendemos a una manada de ciervos muy cerca de la carretera, y durante unos segundos permiten que los observemos, aunque en el tiempo que se tarda en bajar de la moto y preparar la cámara, ya habían desaparecido. Si queréis fotos de ciervos, no las busquéis aquí…
Acabamos la tarde dándonos un buen chapuzón en las aguas del río Ambroz, en uno de sus tramos embalsados, en el pueblo de Abadía.
Más tarde, y como todavía hacía calor del bueno, hicimos una pequeña excursión “trail” hasta Casas del Monte –pueblo encaramado en la ladera de los Montes Tras la Sierra-, y nos regalamos otro remojón en su balsa de agua, alimentada por una garganta que pasa cerca del pueblo. El lugar está rodeado de rocas lisas, y aprovechando el desnivel y los saltos de agua “improvisamos” allí mismo un pequeño parque acuático. Gente adulta, ya sabéis…
Por la noche, nos “medicamos” para dormir bebiéndonos unos “pucheros” de ron en la plaza del Mercado, -lugar al que peregrinaremos todas las noches-.
Mañana, más 😉 …
"Pentax" Si queréis fotos de ciervos, no las busquéis aquí…
(no digo ná... ).
Que buenos recuerdos, una pena q no pudiera acompañaros mas dias (las fiestas de mi pueblo me reclamaban...)
En las ultimas fotos todos podreis observar los saltos graciles desde la roca y la agilidad q caracteriza a unos ybreros de nuestra talla jejejeje. Lo q no ha contado ha sido lo fria q estaba el agua, (fria fria fria) la media hora q tardamos en decidirnos hasta q nos metimos y las risas q nos echamos viendo la cara q se les quedaba a los otros al entrar en el agua... Una cara q era todo un poema! XD XD XD
Ricardo, que conste que yo mantenía estas fotos en secreto, pero tú lo has querido...
XD XD XD XD Ahora si... XD XD XD
no me dais envidia 👿 👿 👿 o si, que carallo... pero me estoy meando de la risa... vamos, no te hagas de rogar!!!! cuenta otra
Apenas me dais envidia: ni me gusta andar en moto, ni las buenas compañías, ni los chapuzones, ni los desayunos a tres euros, ni nadená. XD
A MISI; A MI ME DAIS MUCHA ENVIDIA CABRONE!!!!!!!
A ver cuadno me deslio de mis royos de una vez y me puedo apuntar a este tipo de chalauras
Genial. En serio, me ha gustado muchísimo.
Manel en el tobogán, jajaj, que buena.
David , menudo spa en la poza cuando salta Ricardo.
Ricardo, ese careto de frio se merece una foto en grande, jajajja.
Que bueno. Felicidades a los tres.
Gracias por darnos envidia de la buena 🙄
¡ Que tios !
Vaya vidorra que os meteis.
El tema de sacar un objeto extraño en el ojo es mas facil de lo que parece.
Se pincha el ojo con un palillo de esos de los bares de pueblo.
Para no tocar con los dedos que el globo ocular es muy sensible.
Se saca el ojo y se sumerge en agua.
Después una vez limpio se devuelve a su lugar. XD
¡¡ Magnífico!!, una crónica que ya quisiera el discovery chanel ...lo digo por los especímenes en bañador..j.ej.e
..que no, que es broma....mi abuela estaba viendo el foro y se ha enamorao del que bajaba por el tobogán...
Ricardo espero que tu ojo está mejor.
Saludos y a disrutarrrrrrrrrrr
