Mi "Salvadora"

He esperado a tenerla por fin, antes de explicaros toda esta historia, ya que han sido complicados y difíciles para mí estos últimos meses.
La historia empieza a principios del mes de Febrero, cuando Toni de MOTORBONS, me envía dos fotos de una Honda VFR750F de color blanco que le habían dejado para venderla en el taller. Nada más verla vio que era una moto ideal para mí y no tardó en ponerse en contacto conmigo. Yo me quedé prendado de ella y, aunque el precio era muy bueno para mis posibilidades, el hecho de comprarla en esos momentos era una opción un poco arriesgada par mi economía dados los tiempos que corren. El hecho es que aunque le quise dar de lado y no ilusionarme, pudo más el corazón que la razón. Desde que tuve que entregar la Bandit, el verano pasado, había sufrido mucho, tanto yo como Toni, `por no poder compartir carretera con el grupo de amigos de Motorbons que rodábamos juntos casi cada fin de semana. Los dos echábamos de menos esos ratos tan buenos que nos gusta compartir, pero yo económicamente no me podía permitir una nueva moto y Toni no hacía más que buscar una moto que se ajustara a mis posibilidades. El caso es que surgió esta ocasión y yo no podía dejar pasar la oportunidad de por lo menos verla y probarla, y eso hice.
El día 11 de febrero, lunes, tras salir del trabajo a las 6:30 de la mañana, volví como siempre a casa, me puse a hacer cosas con el ordenador para la página de Motorbons y sobre las 9 de la mañana decidí acercarme al taller de Toni para, por lo menos ver la moto y desayunar con él y con Albert. Una suerte tomar esta decisión pues el día nos reservaba una sorpresa inesperada a la vez que horrible. Llegué sobre las 9:30h y tras saludarlos me enseñaron la moto, yo me subí en ella y la puse en marcha. Era una maravilla y si ya en foto me había gustado, tras oírla y comprobar lo cómoda que era, se hizo irresistible la atracción. Tras un rato de estar allí, comenzó lo peor de esta historia. Yo no había desayunado ni dormido, pues había trabajado toda la noche y de pronto noto que me costaba articular bien las palabras, incluso Albert se extrañó y me preguntó si me sentía bien pues no se entendía lo que decía. Yo me di cuenta que algo pasaba, pero de pronto volví a hablar correctamente. Toni en un principio creyó que bromeaba, luego sugerí que fuéramos a tomar un café con leche pues sentía que necesitaba algo en el estómago. De camino al Bar Toni y yo fuimos hablando de la moto y me encontraba tan normal, me preocupaba un poco lo que había pasado en el taller pero veía que todo estaba bien. Entramos en el bar y pedimos café, pero cuando me fui a subir al banco de la barra, mi pie izquierdo no respondió y me fui al suelo, con el consiguiente susto de Toni y los demás que había en el bar. Me ayudaron a incorporarme y me quisieron sentar en una silla, pero de nuevo me fui al suelo. Ya no solo era el balbuceo de la voz, sino que no sentía ni tenía fuerza en la parte izquierda de mi cuerpo. Aunque puse todos mis esfuerzos en incorporarme, no me podía mover. Toni se dio cuenta antes que yo que aquello no era un simple mareo y que corría peligro, por lo que llamaron una ambulancia. Tarde un poco en darme cuenta que lo que estaba sufriendo era un tan temido Ictus, una embolia cerebral provocada por un trombo. Pasaron pocos minutos hasta que llegó la ambulancia y tras hacerme las pruebas pertinentes, el enfermero activo lo que se llama un “Código ICTUS” en el Hospital Parc Taulí de Sabadell donde trabajo. Es por eso que al llegar todo estaba preparado para operarme de un cateterismo cerebral en medicina vascular. Todo fue tan rápido que lo recuerdo a flases, pero el caso es que consiguieron extraerme el coágulo y antes de salir del quirófano ya podía hablar con normalidad y mover todos los miembros. La única secuela fue la boca un poco torcida, pero a los dos días todo se normalizó. Estuve dos días en semicríticos y al tercero me subieron a planta. La recuperación fue increíble, pero me han encontrado muchas complicaciones, colesterol, glucosa, tensión… y aunque, ya todo está bajo control, he de seguir con tratamientos y lo peor de todo es que el corazón no funciona muy bien. Pese a todo y aunque la cosa sea algo serio, me siento muy bien y no he perdido las ganas de seguir para adelante con una vida lo más normal posible, me quedan muchas pruebas que hacerme y visitas de especialistas pero poco a poco espero salir lo mejor posible de esta situación. He de decir que en todo momento me he sentido muy respaldado por amigos, compañeros y familia. No me han dejado solo en ningún momento, en presencia y en la distancia y las atenciones que he recibido por parte de todos me hacen sentirme apoyado y querido, y eso se valora muchísimo y te ayuda enormemente, ya que es un trago fuerte y acompañado se pasa mejor. Sobre todo agradezco infinitamente a Toni todo el apoyo, cariño y atenciones que ha tenido conmigo en estos largos meses, nunca podré agradecerle todo lo que ha hecho por mí.
Bueno, lo mejor de todo esto ha sido que tras ese mal trago, yo seguí encabezonado con la VFR, se convirtió en un reto para mí y, aunque en un principio pensé en olvidarme y dejar pasar esta oportunidad, mi ilusión ha sido mayor que la razón y me ha servido para luchar más si cabe por recuperarme y logar la normalidad dentro de mis posibilidades. La llamé “Salvadora”, pues si ese día no hubiera decidido ir a verla y me hubiera quedado a dormir en casa, solo, no sé qué hubiera pasado y donde o como estaría ahora. Por eso para mí ha sido la salvadora de mi vida y tras muchos esfuerzos e ilusión, hoy la he sacado de MOTORBONS y ya duerme en mi garaje junto a la Profe. Me he sentido muy feliz llevándola a casa, es una maravilla conducir una moto así y mi reto empieza ahora, tras esta enorme alegría me siento más fuerte y más seguro, algo así como el León de Sióm de Bob Marley. Espero disfrutarla lo que se merece, pues aunque ya es más que mayor de edad, está en un estado perfecto para llevarme a donde quiera plantearme ir. Aquí os la presento y espero compartir con vosotros buenos momentos con ella.